jueves, 27 de diciembre de 2018

Noches oscuras

Esa noche, me encontraba caminando por las oscuras calles, iluminadas por esporádicas luces y por las tímidas estrellas que trataban iluminar a la ciudad.
Mi paso era tranquilo y lento, iba observando todo mientras mi mente se perdía en pensamientos que aparecían.
Recuerdos de la noche que te dije que te quedarás a mi lado, y con una sonrisa mire a mi mano imaginando el calor de la tuya tomándola.
Mire al cielo, tratando que el recuerdo volará lejos de mi como los pájaros que pasaban, mezclándose con la oscuridad. Al verlos me di cuenta que hasta ellos iban en manada, nadie puede estar solo...
Pero esa noche estaba sola caminando por esas calles oscuras, y aunque fuera raro la tristeza no estaba conmigo. 
Mi corazón latía fuerte contra mi pecho con el calor de una llama encendiéndose de a poco. estaba tranquila observando como el calor me invadía y llenaba cada parte de mi, haciéndome sonreír de manera tonta.
Estaba segura que iba a un lugar, el cual realmente no estaba segura de donde sería o donde terminaría. pero a cada paso me sentía más fuerte y segura, la noche me tomaba y acompañaba por esas oscuras calles.
Al alcanzar la cebra, me pare y pensé que si al final del camino iba a estar acompañada...
un auto paso rápido enfrente de mi y mi mente se llenó de recuerdos, tardes en esa plaza con millones de risas, charlas de confianza, propuestas nuevas, lazos nuevos...
Mire al frente y supe, que ya no estaba sola, ni esa noche oscura, ni ninguna otra.



Noche 28.

No hay comentarios:

Publicar un comentario