La noche en el bosque estaba oscura igual que siempre, pero está noche era particular la hermosa luna se veía mucho más grande y brillante que de costumbre.
Comenzaba a caminar adentrándome en ese bosque, estaba sola pero no me daba miedo, la soledad me hacía sentir fuerte.
Me alejaba de la civilización, del ruido, de los problemas y el miedo que está causaba. La gente no siempre entendía todo, discriminaba y se quejaba de cada cosa que era diferente. En mi interior sentía un poco de tristeza por tener que alejarme de algunas personas, pero a la vez en mi interior sabía que esas personas no me querían, si no podían aceptarme. Seguía escuchando alguna de sus críticas por yo ser diferente y la más particular...
Bruja... resonaba en mi interior, con esas miradas de odio.
Un ruido cercano me saca de mis pensamientos, fijo mi mirada hacia un arbusto y dos pequeñas luces llaman mi atención.
Sal de ahí... pronunció con un dulce tono de voz.
Un pequeño gatito negro sale de entre los arbustos y se acerca a mi, acariciando con su cabeza mi pierna. Me agacho y con mi mano lo acaricio suavemente, este empieza a ronronear.
¿Tu te quedarás conmigo?... Le pregunto y el tan solo me mira.
Sigo mi camino pero ahora acompañada por el paso de un pequeño gatito.
La luna está enfrente de mi, me llena de una energía particular.
Cuando llego a la cima de un pequeño cerro, veo a la otra civilización delante de mi. Respiro hondo, ahí está mi nuevo hogar, ahí seré yo misma.
Seré yo...
Comienzo a observarme, mis manos son más grandes y están la uñas pintadas de negro. Comienzo a observar mi ropa, soy más alta, y tengo puesto un corto vestido negro, con medias y unas botas del mismo color. Miro a mi lado izquierdo y el pequeño gatito me observa detenidamente.
Comienzo a sentir como una increíble fuerza me saca de ahí y comienzo a ver todos desde lejos, veo como el gato observa a una joven chica, la cual tiene una capa y no puedo ver su cara.
Los dos comienzan a caminar yendo a su destino y yo me quedo observándolos, ahí estaba ella devuelta, segura y poderosa, aunque por eso la llamaban bruja, yo por eso mismo tan solo la admiraba.
A medida que ella se alejaba yo despertaba, cuando por fin abrí mis ojos, lo primero que vi fueron mis pequeñas manos. Me di vuelta en la cama y observé como por la ventana se veía la gigante luna.
Cuando sea grande quiero ser como vos pensaba una y otra vez en mi interior, cada vez que ella me visitaba. Aunque solo tenga unos pocos años de edad y no entienda mucho la cosas... se que cuando sea grande quiero ser esa bruja.
Y me dormí con una sonrisa en los labios deseando que cuando fuera grande sea igual de fuerte, segura y poderosa.
Un deseo que seguiría por años en mi interior...
Noche 15.
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