domingo, 8 de julio de 2018

Solo un sueño: el espejo.

Salgo a la superficie, abriendo los ojos lentamente. Mi piel ya arrugada me demuestra que eh dejado que mis emociones me vencieran otra vez. Salgo de la bañera y me miro en el espejo... pero no veo nada...

... comienzo a sentir como las emociones se vuelven a amontonar en mi interior, formulando millones de dudas y preguntas.

¿Que ves? ¿Que quieres ver? 
Está lo que ellos ven y lo que quieren que seas.
¿Pero en verdad eres eso?
Dime... ¿que ves en tu reflejo?
¿Ves algo que te agrada, ves oscuridad o tan solo cicatrices?

Mi respiración se acelera y tan solo me quedo observando...
tratando encontrar algo...
¿Que soy? ¿Que veo de mi? 
Soy mis emociones ilógicas y mi enfermedad mental... 
Soy lo que visto cuando quiero ponerme un vestido o si quiero ponerme un pantalón....
Soy los pesos de menos o más que tenga...
Soy lo tan largo que tenga el pelo...
Soy lo femenina o masculina que crean que soy...
Soy mi orientación sexual...
Soy mis cicatrices, mi llanto o mi risa...
Soy la música que escucho... 
Soy lo tan fina que sea mi voz...
Soy la nota que saque en un examen o cuantos idioma sepa... 
Soy cuánta plata tenga en el bolsillo...
Soy la persona que nadie quiere...
Soy alguien que se preocupa demasiado de lo que piensen de ella... 
Soy la que estuvo con tal persona...

Realmente... ¿eso soy?
Yo no lo sé, entonces dime que crees que ves... dime que crees que soy... 

Comienzo a ver como se forma una imagen en el espejo, entonces acerco rápidamente la mano... creyendo que era realmente mi reflejo pero al tocarlo, este se rompe... convirtiéndose en pequeños cristales que salen disparados en distintas direcciones. El realmente no me ve, nadie me ve realmente como soy. Observo los pequeños cristales en el piso, siendo estos cada opinión que habla de que creen que soy. Y entonces respiro, tratando que en mi interior se vaya toda la ira.


Abro los ojos, me siento sobre la cama instantáneamente, provocando que las sábanas caigan y siento el frío aire de la madrugada chocar contra mi piel, haciendo que me erice. Me abrazo yo misma pasando mis manos por mis brazos para lograr un poco de calor. Mientras que en mi mente me pregunto una y otra vez... ¿realmente fue todo solo un sueño?




Noche 9.

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