Camino por el pasillo de ese lujoso hotel, mi paso es decidido. Siento como la confianza se mezcla con el miedo en mi interior. A cada paso que doy pareciera que me acerco más a la boca del lobo, perdida en un laberinto.
La ropa que llevo puesta me hace sentir segura, más cuando al abrir la puerta tus ojos recorren mi cuerpo.
Al entrar a esa habitación en particular observo todo con cuidado. Es totalmente diferente al hotel, solo es común y simple, lo único que me causa curiosidad es el viejo reloj que hay sobre la mesa de luz, nunca había visto uno igual y con el silencio de la habitación solo se escuchaba su extraño sonido.
Me doy vuelva y veo como tu mirada sigue recorriéndome, sonrío, en mi interior me felicito, logre lo que quería. Nuestras miradas se unen, siento el recuerdo de como se sentía eso, esos ojos... pero ahora hay solo complicidad de que estamos a punto de hacer algo que seguramente está mal.
Miro al frente y doy los 6 pasos que separan a la cama de la puerta, me doy vuelta y me saco el vestido, delante de tus atentos ojos.
Te acercas a mi y pasas tus manos por mis brazos, desde mis hombros hasta mis manos. Las terminas apoyando en mi cintura, tratando acercarme más a vos. Termino uniendo mi cuerpo al tuyo, terminando de cerrar esos intrusos centímetros que nos separaban. Y así comienza esa vieja y conocida perdición, con tan solo un roce de nuestros labios.
Esa vieja cama se vuelve testigo de un amor pasado... tan ilógico el momento como el amor y la exitacion que se escapa de nuestros cuerpos.
Las sábanas suaves rozan nuestros cuerpos, al igual que nuestras manos recorren y sienten centímetros de piel. Y los segundos pasan, transformándose en minutos, minutos presos del pasado.
¿Lo disfrutaste?... se escapan esas inseguras palabras de mi boca y tan rápido como lo hacen me levanto. Y pienso si yo lo disfrute... dejar que el pasado volviera al presente... nunca es bueno.
No digas nada, de todas formas ya lo olvidaste... solo es otra despedida.
Y en el susurro de mis palabras se mezcla el miedo del olvido. Abro la puerta y salgo dejándome sorprendida la fuerte luz del pasillo...
Despierto esa mañana sobresaltada por el fuerte ruido de la alarma. Miro a los lados, centrando mi mirada en ese viejo y particular reloj. Se escucha como su extraño sonido resuena en mi interior, haciéndome volver un poco mas a esta realidad...
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