Ese día al salir de clase me sentía distinta, sentía la necesidad de escapar, de irme lejos. Agarre mi celular y conecte mis auriculares, con la música al máximo. Siempre pienso que ponerse ambos audífonos es escapar demasiado y esta vez lo necesitaba.
Comencé el camino sin destino, con mi corazón palpitando fuerte contra mi pecho. A cada paso necesitaba dar otro más y así estaba segura que llegaría a cualquier lado... aunque no estaba segura a donde quería ir realmente.
Las calles de esta ciudad siempre son las mismas... no había nada diferente. Caminaba con gente desconocida por algunas cuadras. Cuando el semáforo se puso en rojo y observé a cuánta personas tenía al lado mío. Todas estaban en su mundo, hasta que la luz se puso en verde, algunos caminaron rápido, yendo a sus cosas pendientes, otros tardaron más en reaccionar, distraídos por sus mentes o cosas que no hicieron... y los otros solo caminaron siguiendo su camino.
Seguía caminando observando en un par de calles como caminaban las personas a mi alrededor... pasaban de la mano, otras solas. Había gente sonriendo y hablando por teléfono, otros más apagados con miradas bajas y perdidas. Pero todas caminaban, siguiendo sus pasos a destinos diferentes.
Pensé en que lugar estaría yo... caminaba más lento que de costumbre disfrutando ese día gris, escuchando como la música me llenaba al igual que el frío aire que entraba a mis pulmones.
Seguía el camino que sin saberlo, cuando abrí los ojos finalmente, estaba enfrente de ese viejo y conocido lugar... mi lugar favorito en esta ciudad. Deje caer mis auriculares y me perdí en el sonido del agua cayendo. Me senté en ese banco, en el mismo lugar de siempre, cerré los ojos... dejando que los minutos pasaran y esa sensación me llenara.
Pequeñas gotas comenzaron a caer, me di cuenta al sentir sobre mi cara como estas se sentían frías. Me puse mi capucha y seguí igual en la misma pose. La lluvia no era uno de mis problemas en ese momento, solo podía disfrutar esa sensación que causaban las pequeñas gotas frías sobre mi cara.
Al abrir los ojos me di cuenta que estaba totalmente sola, nadie estaba en el mismo lugar que yo. Seguro algunas de las personas que caminaron conmigo ya estaban en su destino o otras seguían buscándolo. Pero yo ya estaba ahí en este lugar y sola...
En ese momento lo entendí... esa sensación que me llenaba en cada paso y en cada sonido del agua de esa antigua fuente, era la tranquilidad.
Con una sonrisa en mis labios, esas sonrisas que te sientan bien... que hacen que tus ojos se iluminen, con eso me di cuenta que estaba tranquila y sola. Y así me levante de ese banco, dirigiéndome a donde estaba mi parada para volver a casa.
Le dirigí una última mirada a esa fuente... este lugar era mi destino hoy, era el encontrar esta sensación que me llenaba, me hacía sentir feliz y libre.
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