Esa noche, me encontraba caminando por las oscuras calles, iluminadas por esporádicas luces y por las tímidas estrellas que trataban iluminar a la ciudad.
Mi paso era tranquilo y lento, iba observando todo mientras mi mente se perdía en pensamientos que aparecían.
Recuerdos de la noche que te dije que te quedarás a mi lado, y con una sonrisa mire a mi mano imaginando el calor de la tuya tomándola.
Mire al cielo, tratando que el recuerdo volará lejos de mi como los pájaros que pasaban, mezclándose con la oscuridad. Al verlos me di cuenta que hasta ellos iban en manada, nadie puede estar solo...
Pero esa noche estaba sola caminando por esas calles oscuras, y aunque fuera raro la tristeza no estaba conmigo.
Mi corazón latía fuerte contra mi pecho con el calor de una llama encendiéndose de a poco. estaba tranquila observando como el calor me invadía y llenaba cada parte de mi, haciéndome sonreír de manera tonta.
Estaba segura que iba a un lugar, el cual realmente no estaba segura de donde sería o donde terminaría. pero a cada paso me sentía más fuerte y segura, la noche me tomaba y acompañaba por esas oscuras calles.
Al alcanzar la cebra, me pare y pensé que si al final del camino iba a estar acompañada...
un auto paso rápido enfrente de mi y mi mente se llenó de recuerdos, tardes en esa plaza con millones de risas, charlas de confianza, propuestas nuevas, lazos nuevos...
Mire al frente y supe, que ya no estaba sola, ni esa noche oscura, ni ninguna otra.
Noche 28.
Cada día es una oportunidad nueva, un cambio, una mirada, una sonrisa... El día comienza y termina... algunos los terminan llorando y otros abrazados al amor de su vida... Entonces son solo días que pasan... marcándose como fotos en nuestro pasado.
jueves, 27 de diciembre de 2018
jueves, 13 de diciembre de 2018
Caos.
Mi respiración salia como humo de mis labios, y por eso sabia que estaba viva un segundo más.
Esa noche, hacia demasiado frió, tanto que podía sentir como la sangre se congelaba sobre mis huesos...
Mire hacia el piso donde se encontraba mi celular con la pantalla rota, y se iluminaba un único mensaje que yo había mandado...
LA CAGUE.
Tan solo esas dos palabras decía, diciendo tan poco pero significando tantas cosas...
Comencé a recordar porque había escrito ese tétrico mensaje, que había hecho esta vez...
Pero no lo recordaba, "solo fue una crisis" me repetía a mi, como tantas personas lo habían hecho, tratando de convencerme a mi misma...
Pero igual, el caos seguía ahí, la tormenta se sentía dentro de mi, los truenos palpitantes sobre mis heridas...
Mi short seguía manchado, mientras la mancha se hacia mas grande recordando que aun estaba ahí...
A su vez, mi brazo seguía sin lavar, manchando la manga de mi remera, con heridas demasiados grandes... aunque mi interior seguía más lastimado.
Volvía a estar rota, como siempre.
Podía ver como el frió se acercaba a mi, ese calor que trataba recordar, ese calor necesario, ya no me pertenecía...
El frió me tomaba, y mataba a cada segundo más partes de mi. Sentía como las emociones, deseos, recuerdos, ilusiones, esperanzas... se morían dentro de mi;
perdiéndome cada vez más en mi laberinto, ese laberinto que era mi caos.
Cerré los ojos y sentí las lagrimas calientes por fin recorrer mi cara, estaba llorando, dejando... intentando dejar salir todo ese dolor de alguna forma.
Entonces lo entendí, todo se había perdido nuevamente en esa fría noche; mientras las paredes del laberinto se levantaban, me volvía a sentir sola... nuevamente estaba sola.
Mi mente gritaba auxilio pero mi boca se congelaba una vez más entre medio de mi caos.
Noche -13.
Esa noche, hacia demasiado frió, tanto que podía sentir como la sangre se congelaba sobre mis huesos...
Mire hacia el piso donde se encontraba mi celular con la pantalla rota, y se iluminaba un único mensaje que yo había mandado...
LA CAGUE.
Tan solo esas dos palabras decía, diciendo tan poco pero significando tantas cosas...
Comencé a recordar porque había escrito ese tétrico mensaje, que había hecho esta vez...
Pero no lo recordaba, "solo fue una crisis" me repetía a mi, como tantas personas lo habían hecho, tratando de convencerme a mi misma...
Pero igual, el caos seguía ahí, la tormenta se sentía dentro de mi, los truenos palpitantes sobre mis heridas...
Mi short seguía manchado, mientras la mancha se hacia mas grande recordando que aun estaba ahí...
A su vez, mi brazo seguía sin lavar, manchando la manga de mi remera, con heridas demasiados grandes... aunque mi interior seguía más lastimado.
Volvía a estar rota, como siempre.
Podía ver como el frió se acercaba a mi, ese calor que trataba recordar, ese calor necesario, ya no me pertenecía...
El frió me tomaba, y mataba a cada segundo más partes de mi. Sentía como las emociones, deseos, recuerdos, ilusiones, esperanzas... se morían dentro de mi;
perdiéndome cada vez más en mi laberinto, ese laberinto que era mi caos.
Cerré los ojos y sentí las lagrimas calientes por fin recorrer mi cara, estaba llorando, dejando... intentando dejar salir todo ese dolor de alguna forma.
Entonces lo entendí, todo se había perdido nuevamente en esa fría noche; mientras las paredes del laberinto se levantaban, me volvía a sentir sola... nuevamente estaba sola.
Mi mente gritaba auxilio pero mi boca se congelaba una vez más entre medio de mi caos.
Noche -13.
lunes, 12 de noviembre de 2018
Quédate...
Esa mañana me sentía diferente, caminaba por esas calles las cuales sabía de memoria, como un alma perdida. El cielo totalmente gris no ayudaba, al igual que las pequeñas gotas que comenzaban a caer.
El frío aire movía mi vestido, como a las incontrolables hojas que danzaban a mi alrededor, hojas muertas y secas, igual que mi alma y mis cicatrices.
El viento me dejó en ese lugar tan conocido cerca del mediodía, y mis labios se curvaron. En ese lugar me sentía tranquila, el cielo se empezaba a despejar. Este, curando mis heridas y despejando toda oscuridad de mi. Me encontraba en el primer paso, viendo como luchaba.
Mire al agua correr, al igual que los minutos, que pasaban precipitadamente reparando cada parte de mi corazón roto.
A la tarde los últimos rayos del sol naufragaban sobre mi piel descubierta, generando pequeñas cosquillas y manteniéndola caliente. Sentía como luchaba por mi, para mantenerme completa y cerca. Al sentirme completa por fin, comencé a caminar nuevamente, acercándome a ese muelle tan conocido y recordado. Con una sonrisa resplandeciente en mis labios, me sentía realmente feliz. Que en ese muelle podía dominar al mundo y ser valiente.
Mire al suelo al sentirme avergonzada por mis incontrolables pensamientos y emociones.
Entonces la noche llego y con ella una sombra conocida se paró al lado mío, con una sonrisa recordé esa olvidada pregunta... ¿ella te hace feliz?
En este momento me siento la persona más feliz de este mundo y de todos los que puedan existir en esta desconocida galaxia...
y me siento completa, libre... con ganas de ser valiente...
y mi corazón solo puede latir rápido, mientras mis labios solo sonríen...
- Si, me haces feliz entonces tan solo quédate...-.
- Si, me haces feliz entonces tan solo quédate...-.
jueves, 8 de noviembre de 2018
Humo.
Esa noche ella me acompañaba, metida en mi alma, haciendo que me perdiera un poco más en esa oscura noche. Era la soledad, la que me mantenía alerta, distante y acompañada, esa extraña noche. Parecía que el tiempo no pasara y solo el humo que salía por mi boca avanzaba hacia el exterior.
Volví a poner mis suaves labios sobre esa superficie, se sentían cómodos y tranquilos. Inhale, dejando que toda eso que no podía entender entrara en mi. Debajo, las burbujas comenzaron a sonar, haciendo que mi cerebro se despertara y perdiera. Entre medio del recuerdo, volví a sentir unos labios inciertos sobre mi boca, y a cada burbuja, un nervio erizándose por unas manos curiosas, mi espalda se erizo y mis ojos cerrados hicieron que me terminara de perder, en un náufrago recuerdo.
Me aleje aun con los ojos cerrados, sintiendo todos mis nervios alerta. Al abrir un poco los labios el humo comenzó a salir, haciendo una danza con el aire, mezclándose y flotando. Así se fue la extraña sensación con mi cuerpo flotando lejos de mi.
La siguiente vez que inhale, los labios y la manos se sintieron más cerca, al punto de dejar mis sentidos nublados, entre lo real y el recuerdo. Aunque la soledad latente en mi, hacía que volviera en mi y recordara que en esa noche ella era mi acompañante.
La siguiente vez que coloque mi boca, mi corazón dudo, con ese extraño paro que sientes cuando sabes que algo te va a lastimar. Cerré mis ojos y volví a inhalar, llenando mis pulmones, de ese humo que me acompañaba y se volvía parte de mi. Sentí consuelo en todo ese humo que me llenaba cada rincón vacío de mi alma. Hasta que la tos me hizo volver en mi, el dolor en el pecho y garganta, solo recordaban que solo estaba devuelta vacía.
Recosté mi espalda en la silla y miré el cielo, pensando como estaba flotando, alejándome un poco más. Observé mi mano y volví a colocar el objeto sobre mi boca, pero esta vez no se sintieron acompañados, se sentía la soledad. Inhale por última vez, y al exhalar por fin, mi otra mano se mezclo con el humo. Tratando atraparlo y que no se fuera, que se quedara pero el humo danzó lejos de mi y mi mano incierta se quedó flotando enfrente de mi cara.
domingo, 28 de octubre de 2018
En la orilla...
A cada paso se sumerge un poco más, caminando sin rumbo en un mar de oscuridad. Ahogándose un poco más en sus pensamientos, observó como su cuerpo se aleja de mi, la oscuridad la atrapa.
Grito con todas mis fuerzas que aquí estoy, que no es real, que la puedo ayudar.
Y su mirada oscura y perdida se fija en mi, un escolofrío recorre mi espalda congelada por el frío aire. En su mirada se veía la convicción de otra horrible decisión. Se gira y sigue caminando perdiéndose más, cada segundo más.
Y grito, no te vayas, tengo miedo...
Al girarse tiene una sonrisa cínica, la cual hace que mi mirada baje. Escucho como sus pasos resuenan al mover las tranquilas aguas.
Levanto la mirada y sus ojos me analizan a unos pocos pasos de mi, y en un impulso susurro, no lo hagas.
El viento empieza a afectar a las olas, haciéndolas enojar, chocando fuertemente contra las piedras cercanas. Y el viento la hace moverse, tan delicadamente como un fantasma vagando sobre la superficie de la tierra, se acerca, quedando solo a un paso de mi.
Sus ojos de cerca, son aún más horribles y dolorosos de ver, ¿como esa hermosa mirada se transformó en ojos tan oscuros como las frías noches de invierno?.
Entonces sus labios se abren, intentando hablar, liberándose del silencio... dejando a mis oídos ansiosos de escuchar que estará conmigo, que dejará que la ayude.
Pero en cambio solo dice un escalofriante, tu hiciste esto... el cual resuena en mi interior como rayos perturbando las tranquilas y silenciosas noches. Trato acercarme pero quedo congelada entre el miedo y la culpa...
Entonces se hunde en el agua, dirigiéndome una última mirada de adiós, perdida y decidida a tomar una horrible decisión. El agua se tiñe de rojo y la burbujas que salen precipitadas a la superficie, paran... dejando todo en completa calma y silencio.
A la mañana siguiente en el informativo resuena una horrible y escalofriante noticia. En la orilla de una playa se encuentro un cuerpo, en las imágenes se muestra tieso y frío, algo en mi espera que se mueva pero sus ojos están duros y sin alma, ya está perdida. Entonces la logró distinguir, la culpa me llena cada rincón vacío, era su cuerpo... pero sus ojos eran los míos, su cuerpo era el mío... ella en verdad era yo.
sábado, 28 de julio de 2018
El camino.
Ese día al salir de clase me sentía distinta, sentía la necesidad de escapar, de irme lejos. Agarre mi celular y conecte mis auriculares, con la música al máximo. Siempre pienso que ponerse ambos audífonos es escapar demasiado y esta vez lo necesitaba.
Comencé el camino sin destino, con mi corazón palpitando fuerte contra mi pecho. A cada paso necesitaba dar otro más y así estaba segura que llegaría a cualquier lado... aunque no estaba segura a donde quería ir realmente.
Las calles de esta ciudad siempre son las mismas... no había nada diferente. Caminaba con gente desconocida por algunas cuadras. Cuando el semáforo se puso en rojo y observé a cuánta personas tenía al lado mío. Todas estaban en su mundo, hasta que la luz se puso en verde, algunos caminaron rápido, yendo a sus cosas pendientes, otros tardaron más en reaccionar, distraídos por sus mentes o cosas que no hicieron... y los otros solo caminaron siguiendo su camino.
Seguía caminando observando en un par de calles como caminaban las personas a mi alrededor... pasaban de la mano, otras solas. Había gente sonriendo y hablando por teléfono, otros más apagados con miradas bajas y perdidas. Pero todas caminaban, siguiendo sus pasos a destinos diferentes.
Pensé en que lugar estaría yo... caminaba más lento que de costumbre disfrutando ese día gris, escuchando como la música me llenaba al igual que el frío aire que entraba a mis pulmones.
Seguía el camino que sin saberlo, cuando abrí los ojos finalmente, estaba enfrente de ese viejo y conocido lugar... mi lugar favorito en esta ciudad. Deje caer mis auriculares y me perdí en el sonido del agua cayendo. Me senté en ese banco, en el mismo lugar de siempre, cerré los ojos... dejando que los minutos pasaran y esa sensación me llenara.
Pequeñas gotas comenzaron a caer, me di cuenta al sentir sobre mi cara como estas se sentían frías. Me puse mi capucha y seguí igual en la misma pose. La lluvia no era uno de mis problemas en ese momento, solo podía disfrutar esa sensación que causaban las pequeñas gotas frías sobre mi cara.
Al abrir los ojos me di cuenta que estaba totalmente sola, nadie estaba en el mismo lugar que yo. Seguro algunas de las personas que caminaron conmigo ya estaban en su destino o otras seguían buscándolo. Pero yo ya estaba ahí en este lugar y sola...
En ese momento lo entendí... esa sensación que me llenaba en cada paso y en cada sonido del agua de esa antigua fuente, era la tranquilidad.
Con una sonrisa en mis labios, esas sonrisas que te sientan bien... que hacen que tus ojos se iluminen, con eso me di cuenta que estaba tranquila y sola. Y así me levante de ese banco, dirigiéndome a donde estaba mi parada para volver a casa.
Le dirigí una última mirada a esa fuente... este lugar era mi destino hoy, era el encontrar esta sensación que me llenaba, me hacía sentir feliz y libre.
martes, 17 de julio de 2018
Habitación 69.
Camino por el pasillo de ese lujoso hotel, mi paso es decidido. Siento como la confianza se mezcla con el miedo en mi interior. A cada paso que doy pareciera que me acerco más a la boca del lobo, perdida en un laberinto.
La ropa que llevo puesta me hace sentir segura, más cuando al abrir la puerta tus ojos recorren mi cuerpo.
Al entrar a esa habitación en particular observo todo con cuidado. Es totalmente diferente al hotel, solo es común y simple, lo único que me causa curiosidad es el viejo reloj que hay sobre la mesa de luz, nunca había visto uno igual y con el silencio de la habitación solo se escuchaba su extraño sonido.
Me doy vuelva y veo como tu mirada sigue recorriéndome, sonrío, en mi interior me felicito, logre lo que quería. Nuestras miradas se unen, siento el recuerdo de como se sentía eso, esos ojos... pero ahora hay solo complicidad de que estamos a punto de hacer algo que seguramente está mal.
Miro al frente y doy los 6 pasos que separan a la cama de la puerta, me doy vuelta y me saco el vestido, delante de tus atentos ojos.
Te acercas a mi y pasas tus manos por mis brazos, desde mis hombros hasta mis manos. Las terminas apoyando en mi cintura, tratando acercarme más a vos. Termino uniendo mi cuerpo al tuyo, terminando de cerrar esos intrusos centímetros que nos separaban. Y así comienza esa vieja y conocida perdición, con tan solo un roce de nuestros labios.
Esa vieja cama se vuelve testigo de un amor pasado... tan ilógico el momento como el amor y la exitacion que se escapa de nuestros cuerpos.
Las sábanas suaves rozan nuestros cuerpos, al igual que nuestras manos recorren y sienten centímetros de piel. Y los segundos pasan, transformándose en minutos, minutos presos del pasado.
¿Lo disfrutaste?... se escapan esas inseguras palabras de mi boca y tan rápido como lo hacen me levanto. Y pienso si yo lo disfrute... dejar que el pasado volviera al presente... nunca es bueno.
No digas nada, de todas formas ya lo olvidaste... solo es otra despedida.
Y en el susurro de mis palabras se mezcla el miedo del olvido. Abro la puerta y salgo dejándome sorprendida la fuerte luz del pasillo...
Despierto esa mañana sobresaltada por el fuerte ruido de la alarma. Miro a los lados, centrando mi mirada en ese viejo y particular reloj. Se escucha como su extraño sonido resuena en mi interior, haciéndome volver un poco mas a esta realidad...
jueves, 12 de julio de 2018
Bruja
La noche en el bosque estaba oscura igual que siempre, pero está noche era particular la hermosa luna se veía mucho más grande y brillante que de costumbre.
Comenzaba a caminar adentrándome en ese bosque, estaba sola pero no me daba miedo, la soledad me hacía sentir fuerte.
Me alejaba de la civilización, del ruido, de los problemas y el miedo que está causaba. La gente no siempre entendía todo, discriminaba y se quejaba de cada cosa que era diferente. En mi interior sentía un poco de tristeza por tener que alejarme de algunas personas, pero a la vez en mi interior sabía que esas personas no me querían, si no podían aceptarme. Seguía escuchando alguna de sus críticas por yo ser diferente y la más particular...
Bruja... resonaba en mi interior, con esas miradas de odio.
Un ruido cercano me saca de mis pensamientos, fijo mi mirada hacia un arbusto y dos pequeñas luces llaman mi atención.
Sal de ahí... pronunció con un dulce tono de voz.
Un pequeño gatito negro sale de entre los arbustos y se acerca a mi, acariciando con su cabeza mi pierna. Me agacho y con mi mano lo acaricio suavemente, este empieza a ronronear.
¿Tu te quedarás conmigo?... Le pregunto y el tan solo me mira.
Sigo mi camino pero ahora acompañada por el paso de un pequeño gatito.
La luna está enfrente de mi, me llena de una energía particular.
Cuando llego a la cima de un pequeño cerro, veo a la otra civilización delante de mi. Respiro hondo, ahí está mi nuevo hogar, ahí seré yo misma.
Seré yo...
Comienzo a observarme, mis manos son más grandes y están la uñas pintadas de negro. Comienzo a observar mi ropa, soy más alta, y tengo puesto un corto vestido negro, con medias y unas botas del mismo color. Miro a mi lado izquierdo y el pequeño gatito me observa detenidamente.
Comienzo a sentir como una increíble fuerza me saca de ahí y comienzo a ver todos desde lejos, veo como el gato observa a una joven chica, la cual tiene una capa y no puedo ver su cara.
Los dos comienzan a caminar yendo a su destino y yo me quedo observándolos, ahí estaba ella devuelta, segura y poderosa, aunque por eso la llamaban bruja, yo por eso mismo tan solo la admiraba.
A medida que ella se alejaba yo despertaba, cuando por fin abrí mis ojos, lo primero que vi fueron mis pequeñas manos. Me di vuelta en la cama y observé como por la ventana se veía la gigante luna.
Cuando sea grande quiero ser como vos pensaba una y otra vez en mi interior, cada vez que ella me visitaba. Aunque solo tenga unos pocos años de edad y no entienda mucho la cosas... se que cuando sea grande quiero ser esa bruja.
Y me dormí con una sonrisa en los labios deseando que cuando fuera grande sea igual de fuerte, segura y poderosa.
Un deseo que seguiría por años en mi interior...
Noche 15.
domingo, 8 de julio de 2018
Solo un sueño: el espejo.
Salgo a la superficie, abriendo los ojos lentamente. Mi piel ya arrugada me demuestra que eh dejado que mis emociones me vencieran otra vez. Salgo de la bañera y me miro en el espejo... pero no veo nada...
... comienzo a sentir como las emociones se vuelven a amontonar en mi interior, formulando millones de dudas y preguntas.
¿Que ves? ¿Que quieres ver?
Está lo que ellos ven y lo que quieren que seas.
¿Pero en verdad eres eso?
Dime... ¿que ves en tu reflejo?
¿Ves algo que te agrada, ves oscuridad o tan solo cicatrices?
Mi respiración se acelera y tan solo me quedo observando...
tratando encontrar algo...
¿Que soy? ¿Que veo de mi?
Soy mis emociones ilógicas y mi enfermedad mental...
Soy lo que visto cuando quiero ponerme un vestido o si quiero ponerme un pantalón....
Soy los pesos de menos o más que tenga...
Soy lo tan largo que tenga el pelo...
Soy lo femenina o masculina que crean que soy...
Soy mi orientación sexual...
Soy mis cicatrices, mi llanto o mi risa...
Soy la música que escucho...
Soy lo tan fina que sea mi voz...
Soy la nota que saque en un examen o cuantos idioma sepa...
Soy cuánta plata tenga en el bolsillo...
Soy la persona que nadie quiere...
Soy alguien que se preocupa demasiado de lo que piensen de ella...
Soy la que estuvo con tal persona...
Realmente... ¿eso soy?
Yo no lo sé, entonces dime que crees que ves... dime que crees que soy...
Comienzo a ver como se forma una imagen en el espejo, entonces acerco rápidamente la mano... creyendo que era realmente mi reflejo pero al tocarlo, este se rompe... convirtiéndose en pequeños cristales que salen disparados en distintas direcciones. El realmente no me ve, nadie me ve realmente como soy. Observo los pequeños cristales en el piso, siendo estos cada opinión que habla de que creen que soy. Y entonces respiro, tratando que en mi interior se vaya toda la ira.
Abro los ojos, me siento sobre la cama instantáneamente, provocando que las sábanas caigan y siento el frío aire de la madrugada chocar contra mi piel, haciendo que me erice. Me abrazo yo misma pasando mis manos por mis brazos para lograr un poco de calor. Mientras que en mi mente me pregunto una y otra vez... ¿realmente fue todo solo un sueño?
viernes, 6 de julio de 2018
Tan solo un sueño: el agua.
Siento como el agua recorre cada milímetro de mi cuerpo y la paz trata de sumergirme. Siempre el agua me hace sentir libre, como si el peso se fuera por el desagüe. Pero esta vez no estaba funcionando, las lágrimas que desbordaban mis ojos se camuflaban en la superficie del agua.
¿Porque espero que alguien me salve?
Si solo yo puedo hacerlo pero no quiero...
¿Cuando llegara esta horrible agonía a su fin?
El agua choca contra mi pero no provoca nada, siento como mi interior se rinde. Una parte de mi se deja hundir por cada ola que choca.
Me sumerjo y grito, tratando desesperadamente sentir algo pero no logro sentir nada...
Olvide que se sentía llorar, que algo doliera, que el corazón doliera...
o no, lo que olvide es como se siente que te amen, que te besen, que te cuiden...
Pero capaz no y solo recuerdo como un viejo fantasma me hizo sentir... o como diferentes luces de colores tratan hacerme sentir algo, encontrar el camino y lo siento pero a la vez no...
En el silencio de la profunda agua me pregunto...
¿que buscas?... ¿que sientes?
¿que buscas?... ¿que sientes?
No siento... solo me pierdo y me rindo un poco más.
Y entre las pequeñas burbujas que comienzan a salir hacia la superficie del agua, se escucha el silencio... ese silencio en el que te quedas cuando sufres.
Salgo a la superficie, abriendo los ojos lentamente. Mi piel ya arrugada me demuestra que eh dejado que mis emociones me vencieran otra vez. Salgo de la bañera y me miro en el espejo... pero no veo nada...
viernes, 15 de junio de 2018
El amor
- Hey viejo sentimiento, en esta noche vengo a hablarte a ti... ¿donde estás? -.
Comienzo a pensar... si hoy estoy enojada o bien con el... o si lo perdí, si le dije adiós realmente y para siempre.
Pero la verdad, creo que el amor es el único sentimiento que vive con nosotros, llora con nosotros, ríe con nosotros, es triste y feliz con nosotros. Y también vive reflejado en las cosas que amamos. Por eso aunque por momentos no lo entienda y no lo sienta conmigo, sé que esta ahí.
El amor nos da esperanza, y creo que es el sentimiento que nos hace seguir adelante, es un buen motivo para vivir y ser feliz sin razón.
“Sabes... aunque por momentos te sienta muy lejos, hoy sin razón aparente, te veo reflejado en su sonrisa, esa extraña forma de sonreír que tiene que hace que mis labios se curven y mi corazón lata rápido sin sentido.
Te veo reflejado en mis mascotas, cuando mi hermosa gata duerme como una bolita contra mi, sintiéndose segura y protegida.
Te siento en cada abrazo que me animo a dar a un ser querido, sintiendo que estoy protegida.
Por eso hoy vengo a darte las gracias por estar...
Nunca te vayas de mi vida aunque la mayoría del tiempo tenga miedo de sentirte...”
Noche 14.
martes, 12 de junio de 2018
La muerte
- Hey espera... ¿a quien te llevarás hoy? ¿que te llevarás hoy? -.
La muerte, es la vieja malvada de los cuentos. Desde cuando somos pequeños la conocemos, cuando nuestros padres tratan de explicarnos como es... porque se murió nuestra mascota o un ser querido. Y desde ese momento se convierte en la malvada de nuestra historia, lo que queremos más lejos.
Y ahora de grande, aún no entiendo porque tiene que tener su fin cada cosa en la vida, pero eh aprendido que todo tiene un motivo.
Seguro recuerdas todas las lagrimas que has derramado por culpa de ella. Todos los momentos de tristeza, ese increíble dolor en pecho que se siente como si se estuviera rompiendo en miles de pedazos tu corazón. Esos vacíos y cicatrices que quedan en tu interior por su culpa.
Y por eso aunque por momentos la odie... y me enoje con ella por las cosas y personas que se a llevado.
Creo que para apreciar la vida realmente tenemos que perder cosas y aprender de ellas. Para poder ser felices...
Por eso...
“Por ahora no te lleves más nada, que estoy tratando aprender de lo que ya no está”
Noche 14.
domingo, 10 de junio de 2018
El tiempo
- Hey, aveces me pongo a pensar y eh llegado a la conclusión de que no sé si eres mi enemigo o mi aliado... -.
Escucho como en un susurro del viento el tiempo se ríe de mi...
Miro al suelo y pienso que el tiempo es solo una ilusión; la cual tratamos medir o controlar, nosotros los humanos para sentirnos un poco más poderosos. Inventamos que 60 segundos son un minuto y a sus vez 60 minutos una hora... y así sigue avanzando, hasta que dura 24 horas un día...
¿Pero de que sirve controlarte?
Si te usamos como aliado, porque en verdad creo que todos nos cubrimos con el abrigo del “el tiempo cura cualquier herida”. Pero la verdad no creo que sea así; nosotros lo hacemos.
El tiempo solo es eso, tiempo.
Siempre nos quejamos del tiempo pero no es el quien nos maneja, sino nosotros, nosotros decidimos en qué gastar cada minuto. Pero eso si, no sabemos cuantos minutos de vida tenemos para vivir o disfrutar con un ser querido.
Pero igual... ¿no lo desperdiciamos?
Ya sea por miedo o por el que dirán o porque no queremos... siempre desperdiciamos tiempo sin darnos cuenta. Y cuando termina todo ese tiempo que desperdiciamos, comenzamos a sufrir y ahí al primero que le echamos la culpa es al tiempo.
Y la verdad no es la culpa del tiempo, sino de nosotros por cobardes o por pensar demasiado... somos nuestros propios enemigos.
¿Pero no es el tiempo el que sabe todas las respuestas?
Entonces...
- Dime tiempo ¿cuantos minutos gastaré en mi vida llorando o cuantos minutos tengo para besarla?... -.
miércoles, 6 de junio de 2018
¿Que soy?
¿Como te defines?... me preguntaron una vez.
Cerré los ojos pensando en millones de momentos y cosas que me hacen ser lo que soy.
Pero los abrí y con una sonrisa en los labios dije... “Soy un caos... soy un pequeño desastre... soy...”
Soy demasiadas cosas, una palabra nunca me definiría, entonces comienzo a pensar que soy...
Soy todo el tiempo que viví, que pase con personas... riendo, llorando... haciendo muchísimas cosas.
Soy impredecible... nunca se que terminaré haciendo y creo que por eso también soy un gran desastre. La mayoría del tiempo solo sé huir, porque siento que no puedo controlar las cosas... pero también puedo quedarme pero solo con la condición que aceptes que te de todo de mi... porque con el amor, si amo lo hago con todo... no a medias, sino huyó. Odio las cosas a medias, prefiero saber que pasa por tu cabeza en este preciso momento.
Soy del tipo de chica que está enamorada de la idea del amor... siempre fui la romántica del grupo. Me gusta leer historias de amor... pensar e imaginarme que se siente que te amen de verdad.
Soy el tipo de chica que ama salir a cualquier lugar y caminar demasiado.
Soy del tipo de chica que tenemos nuestra parte rebelde y nos gusta hacer cosas malas... perder el control.
No soy el tipo de chica que tiene millones amigos, soy del tipo de amiga que si ganaste mi confianza siempre estaré ahí para vos.
No soy del tipo de chica más hermosa, de la cual todos se enamoran. Tengo mil y una inseguridades, las cuales fui ganando sin querer pero siempre lucho contra ellas.
Tengo una tristeza inexplicable dentro de mi, que aveces se transforma en una angustia que ni puedo controlar, ni entender.
Por momentos siento que solo estoy rota, y lo acepto, lo estoy. Pero me tranquiliza saber que todos estamos un poco rotos, por el tiempo o diferentes cosas.
En otros momentos solo soy feliz y me centro en eso, entonces logro sonreír como la persona más feliz en el mundo.
Pero en otros momentos me hundo en el miedo y no logro conseguir fuerzas para luchar contra el.
Siempre pienso todo demasiadas veces, necesito estar segura sino... mis barreras se quedan arriba... pero aveces solo me tiro al agua, llenándome de una extraña e increíble fuerza.
Y soy también en una parte las cosas que las personas creen que soy... una nena de mamá, una loca, una zorra, un pendeja... etc.
jueves, 31 de mayo de 2018
Insomnio...
La oscuridad aparece y otra noche comienza... el crepúsculo pasa y comienza la madruga. Siento como apareces en mi, te siento por mis venas llegando a mi palpitante corazón. “Hola viejo amigo” pienso, sintiendo como se instala en mi corazón el insomnio.
El tiempo se detiene mientras los segundos, minutos y horas corren a través de el. Mi mente choca contra las hojas de mi álbum del pasado, viendo... recordando viejos momentos olvidados.
- ¿Lo sientes? ¿Lo recuerdas? ¿Porque lloras? - escucho el susurro del insomnio metiéndose en mi cabeza... haciendo que mi razón desaparezca.
Lagrimas comienzan a salir de mis ojos, escapan como presas de mi ser. Cierro los ojos mientras imágenes aparecen delante de mi... lo recuerdo.
Recuerdo la primera vez que lloré por alguien.
Recuerdo la primera vez que mis padres me explicaron que significaba la vida y la muerte, como el primer familiar murió delante de mi y como el primer bebé que agarre, dejó de llorar entre mis brazos.
Recuerdo los primeros labios que se acercaron a mi, robándome un beso... y como a travez de los años otros se fueron sumando a la lista, significando algo o siendo un simple contacto.
Recuerdo las primeras amistades... los primeros mejores amigos, como ahora son llamados amigos, hermanos o desconocidos.
Recuerdo la primera vez que dije te amo... sin saber que significaba de verdad y luego muchos años después, animándome a decirlo de verdad.
Recuerdo promesas y planes, como algunos se cumplieron, otros se rompieron y otros simplemente quedaron en el olvido.
Recuerdo abrazos... que me hicieron sentir segura, acompañada y feliz, como diferentes personas lo hicieron y todas provocando lo mismo pero a la vez diferente.
Recuerdo cada vez que confié y que confiaron en mi, lo importante que es eso y como se puede perder tan fácil.
Recuerdo momentos en los cuales me lastimaron o que lastime a otros, por miedo o con intención.
Recuerdo risas por millones de motivos... siento como resuenan en mi, haciéndome sonreír por un recuerdo feliz.
Recuerdo noches... corriendo para ser un poco rebelde y escapar de la realidad... pijamadas con mis mejores amigas... bailando sin sentido, dejando que la música y el alcohol en sangre me hagan olvidar las cosas... yendo al cine... durmiendo entre brazos ajenos, sintiéndome protegida... haciendo el amor... llorando por una pesadilla.
Recuerdo cómo se formaron cada una de mis inseguridades.
Recuerdo como me hundí, hasta donde llegue, cada vez que me rompí y me lastime... como se sentía apretar fuerte y ver como la sangre salía.
Recuerdo como me sentí el día que desperté y estaba tranquila... dispuesta a salir adelante, a levantarme y ser fuerte.
Recuerdo como me sentía al mirarte y mi corazón latía fuerte ilógicamente.
Recuerdo el miedo de perder... del olvido. Todos al final somos parte del recuerdo de alguien o tan solo somos olvidados.
Recuerdo que se siente estar solo.
Recuerdo como se siente superar y vivir cosas nuevas, cuanta fuerza necesite juntar cada vez para dejar que otras manos me tocaran, que otros labios me besaran y que otra voz me dijera que siente por mi.
Recuerdo cuando decidí abrir y cerrar cada capítulo de mi vida, sintiéndome con una fuerza increíble y única.
Recuerdo cuantas veces creí que no podría salir adelante.
Recuerdo pensamientos de cómo me gustaría que fuera mi vida en el futuro, desde cuando era pequeña y deseaba ser grande... hasta cuando siendo grande me encontré pensando en una familia junto a alguien.
Recuerdo personas que siempre quise que fueran eternas en mi vida pero ahora ya no están por millones de motivos.
Recuerdo detalles que compartía con personas, personas que me conocían y ahora estas comparten cosas con otras. Entonces recuerdo el tiempo que pase con ellas... siendo el tiempo el regalo más grande que pude darles, ya que es lo único que nunca podré recuperar.
Recuerdo millones de lugares, que me llenan de nostalgia por cada cosa que viví en ellos.
Recuerdo viejos peluches, los cuales eran mis viejos protectores cuando era tan solo una niña y tenía pesadillas en la noche.
Recuerdo como está noche me acosté pensando en dormir y la tristeza de un momento me hizo perder...
Y pienso “creí que ya te había superado insomnio”.
Abro los ojos y veo como ya los primeros rayos de luz aparecen por la ventana, ya es de día. Me pierdo observando como iluminan a la oscuridad los decididos rayos de luz, haciendo que esta comience a desaparecer y dejando a la mañana mucho más tranquila. Me giro en la cama y me propongo dormir, respiro hondo dejando atrás al insomnio... dejando atrás a la oscuridad y pensando en el hoy.
Ya pase mucho tiempo perdida entre los recuerdos... y así me despido del insomnio, quedándome dormida en este presente incierto.
Ya pase mucho tiempo perdida entre los recuerdos... y así me despido del insomnio, quedándome dormida en este presente incierto.
Noche 13.
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